Soy el Obispo Angaelos, Obispo General de la Iglesia Ortodoxa Copta en el Reino Unido.

Esta temporada, entre la resurrección y Pentecostés, entre la resurrección de nuestro Señor Jesucristo y el empoderamiento de la iglesia con el Espíritu Santo, es en nuestra iglesia, un período de alegría.

Nuestros himnos, nuestras lecturas, nuestras oraciones: nuestro enfoque es todo gozoso.

Por supuesto, históricamente, tenemos mucho por que alegrarnos: el Señor resucitado que nos ha dado poder y nos ha dado vida y salvación.

Sin embargo, cuando miramos situaciones contemporáneas, las comunidades que luchan, los cristianos perseguidos - personas que están pagando un precio muy caro

por su fe - podemos pensar: "¿Qué están celebrando? ¿De qué es de lo que se regocijan?"

Bueno, el mensaje es el mismo. La persecución a la que se enfrentan hoy es la persecución que nuestro Señor mismo enfrentó hace más de 2.000 años.

El poder que tienen en su interior hoy es el mismo poder que los discípulos y los apóstoles el día de Pentecostés.

Y así, de manera realista, lo que están experimentando hoy; lo que experimentamos incluso en nuestras propias luchas cotidianas, es una alegría que viene de saber que llevar la cruz sólo nos lleva a una tumba vacía en la Resurrección.

Es una parte necesaria, pero muy importante, de nuestro viaje.

Es importante porque nos da un punto focal; nos hace darnos cuenta de que la verdadera alegría viene en aquellas cosas por las que luchamos.

Queremos rezar durante estos días. Oremos por nuestras propias comunidades aquí.

Oremos por las comunidades de toda Europa.

Oraremos por las comunidades en el Medio Oriente, por las comunidades en todo el mundo; por aquellos que luchan para que con el conocimiento y la fe en el Señor resucitado puedan todavía tener verdadera alegría, esperanza real, una verdadera comprensión de que su viaje puede llevar a la lucha, pero terminará con la presencia gozosa y gloriosa en el Reino que Dios ha preparado para todos nosotros.

Señor, bendice a aquellos que necesitan tu apoyo.

Guía a los que necesitan tu sabiduría.

Empodera a aquellos que están en necesidad de tu fuerza.

Y sobre todo, sea luz y alegría para aquellos que están en la necesidad de esa seguridad diariamente.

Gloria sea a Dios el Padre,

Amén.